miércoles, 24 de octubre de 2018

LOS ANIMALES DE “CHEN PESITOS” SE QUEDARON SOLOS. UNA BALA FUE SUFICIENTE PARA ACABAR CON SU VIDA.



No sabía por dónde iniciar esta nota de Diana Marcela Rojas. Qué cuantos años tenía, que de donde era, que si tenía familia, de pronto hijos.  La veíamos siempre en su pequeña bicicleta rosada y acompañada de sus fieles y leales amigos.  Aunque tenía varios sitios para pedir la monedita. El preferido por ella, era el semáforo de la carrera 9 con 1ra. Tipo 6 de la tarde llegaba, aprovechando el retorno de quienes viven en el sur después de sus labores diarias. 

Era imposible no reírse con las jocosas frases que salía “No me has vuelto a visitar no.  Me estás poniendo los cachos. Papi como estás de bello” y así, se fue ganando el cariño y el reconocimiento de los ciudadanos que veían en ella a un ser, que aunque habitante de calle, con su propia historia y dolor a cuestas se mostraba positiva, y nunca con cara de pobrecita ni nada que reflejara su dura situación económica.   Situación que la llevó a vivir desde hace no se sabe cuántos años, en ese cinturón de horror y peligro como es la carrilera.  En donde se confundía con otras personas igual que ella, consumidas por el hambre y las drogas.

A su drama, le agregó el de conseguir acompañantes para sus días con sus noches.  Se dice que ella no comía hasta que sus pequeños amigos lo hicieran. Cuanto perro y gato se encontraba por ahí lo recogía  y era que tenía cómplices que le ayudaban con alimentos para esos animalitos.

Su vida era todo un riesgo pues entraba y salía a cualquier hora de esa otra ciudad, la carrilera, y para nadie es un secreto  que ese otro mundo de “chen pesitos”  estaba lleno de peligros.  Consumidores, jibaros y en general, los olvidados o marginados de la sociedad con todas sus problemáticas.

Anoche, la parca le llegó sin imaginarse siquiera que sus pequeños amigos, serían testigos mudos de su crimen. Ahí en donde sus amigos le colocaron una corona adornada con anturios, cartuchos y otras llamativas flores, se desplomó el cuerpo de la pequeña Diana Marcela. Que sin signos vitales fue trasladada  a urgencias del Hospital San  José, pues una bala le había apagado la vida.


Curiosos y cómplices de su labor altruista, empiezan  a llegar a la funeraria San Martín, en el Albergue,  en donde uno de sus conocidos, Julián Latorre, ordenó a sus secretarios hacerse cargo del sepelio. Y es que esta muerte  le ha dolido a toda la ciudad.

Muchas personas están llevando alimentos para perros y gatos para que estos huérfanos no queden desprotegidos. El último adiós de Chen pesitos será mañana a las 3 de la tarde, en la iglesia del Divino niño.